
La producción de carne es una de las actividades que más usan agua. Para comprender el impacto que tiene esta industria en el consumo hídrico global, analizaremos cuántos litros de agua para producir carne se requieren y el por qué es importante considerar alternativas sustentables.
La huella hídrica de la producción de carne
La huella hídrica es un indicador ambiental que mide el volumen de agua dulce utilizado en la producción de bienes o servicios. En el contexto de la producción de carne, se refiere a la cantidad total de agua utilizada en todas las etapas, desde la alimentación y el cuidado de los animales hasta el procesamiento y transporte de la carne.
Este tipo de procesos requieren muchos litros de agua, principalmente para el cultivo del alimento del ganado. La huella hídrica de la carne varía dependiendo del tipo de animal y el sistema de producción. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) por sus siglas en inglés), la ganadería utiliza más del 8% del agua dulce a nivel mundial, principalmente para la irrigación de cultivos destinados a la alimentación animal.
Las huellas hídricas de la ganadería aproximadamente son:
- Pollo: 4,300 litros.
- Cerdo: 6,000 litros.
- Cordero: 8,700 litros.
- Vacuno: entre 15,000 y 16,000 litros.
Se estima que una vaca consume aproximadamente 1,300 kg de granos, 7,200 kg de forraje, 24 m³ de agua para beber y 7 m³ de agua para mantenimiento durante sus tres años de vida en un sistema de producción industrial. Esto se traduce en aproximadamente 155 litros de agua solo para consumo y mantenimiento por cada kilogramo de carne deshuesada.
Componentes de la huella hídrica
Según el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, la huella hídrica se divide en tres componentes:
- Agua verde. Representa el agua de lluvia que se almacena en el suelo y es utilizada por la vegetación. Es especialmente relevante en la agricultura de secano, donde los cultivos dependen exclusivamente de la precipitación natural.
- Agua azul. Se refiere al agua dulce extraída de fuentes superficiales (ríos, lagos) o subterráneas (acuíferos). Esta agua se utiliza para riego, consumo animal, procesos industriales y limpieza. Su uso puede generar competencia entre diferentes sectores y afectar los caudales ecológicos de los ríos.
- Agua gris. Mide el volumen de agua dulce necesario para diluir los contaminantes generados por la actividad humana (agricultura, industria, etc.) hasta alcanzar un nivel aceptable según los estándares de calidad del agua. Es un indicador del impacto de la contaminación en los recursos hídricos.
En la producción ganadera, la mayor parte de la huella hídrica corresponde al agua verde. No obstante, la escasez de agua se basa principalmente en el agua azul. Si se considera únicamente el agua azul y gris, se estima que se necesitan entre 550 y 700 litros de agua para producir 1 kg de carne de vacuno. Sumando los tres tipos componentes, se estima que se necesitan cerca de 15,000 litros de agua para producir un kilo de carne, según la FAO. Es importante destacar que no existe una metodología estandarizada a nivel mundial para calcular la huella hídrica en sistemas de producción de leche o carne.
Impacto ambiental del uso de agua en la ganadería
Consumir tantos litros de agua para producir carne tiene diversas implicaciones ambientales, como:
Desgaste de acuíferos y fuentes de agua dulce. El riego intensivo para el cultivo de forraje, especialmente en regiones áridas o semiáridas, puede agotar rápidamente las reservas de agua dulce subterráneas (acuíferos) y superficiales (ríos, lagos). Esto puede generar problemas de escasez de agua para otros usos, como el consumo humano, la agricultura y los ecosistemas.
Contaminación del agua. El ganado genera grandes cantidades de desechos orgánicos (estiércol y orina) que contienen nitrógeno, fósforo y otros contaminantes. Si estos desechos no se gestionan adecuadamente, pueden filtrarse a cuerpos de agua cercanos, contaminándolos con nutrientes que causan eutrofización (crecimiento excesivo de algas), reducción del oxígeno disuelto y alteración de los ecosistemas acuáticos. Además, el uso de pesticidas y fertilizantes en los cultivos de forraje también puede contribuir a la contaminación del agua.
Deforestación. La expansión de la ganadería y la producción de alimentos para el ganado (soja, maíz) a menudo implica la tala de grandes extensiones de bosques y selvas, especialmente en regiones como la Amazonía. La deforestación contribuye a la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo, la emisión de gases de efecto invernadero y la alteración de los ciclos hidrológicos.
Métodos para reducir la huella hídrica en la producción de carne
Existen varios métodos para reducir la huella hídrica en la producción de carne, que involucran a ganaderos, agricultores y consumidores. Algunas estrategias incluyen:
–Alimentar a los animales con ingredientes de menor huella hídrica. Muchos forrajes y subproductos fibrosos tienen un menor impacto en la huella hídrica en comparación con los cereales de grano y los concentrados de proteína vegetal. Los ingredientes fibrosos a menudo consumen solo agua verde, mientras que los concentrados requieren más agua azul para el riego y agua gris debido a la fertilización.
–Seleccionar productos animales y sistemas de producción con menor huella hídrica. Los consumidores pueden mitigar el impacto al elegir cuidadosamente el tipo de productos animales que consumen y los sistemas de producción de los que provienen.
–Considerar la huella hídrica en combinación con otros indicadores de impacto. La huella hídrica debe valorarse junto con otros indicadores como la huella de carbono, y contrarrestarse con los servicios ecosistémicos que cada tipo de ganado proporciona en una región específica. Algunos estudios sugieren medir la productividad económica del agua en la ganadería para evaluar el valor monetario del agua utilizada en la producción de cada unidad de producto animal.
–Reducir el consumo de carne. Una forma impactante de reducir la huella hídrica es disminuir el consumo de carne. Por ejemplo, si 10 millones de personas sustituyeran el consumo de carne en una de sus comidas por una proteína vegetal, se ahorraría un gasto de agua a nivel mundial equivalente al contenido de 5,000 piscinas olímpicas.
–Sistemas de Gestión Ambiental (SGA). La implementación de un SGA en las empresas de producción de carne permite cumplir con los reglamentos y requisitos, facilitando un control periódico de los procesos y mejorando los estándares de calidad.
–Alternativas a la carne de vacuno. Considerar alternativas como productos de origen vegetal (por ejemplo, “carne imposible”) o hamburguesas de soya puede resultar en una huella hídrica mucho menor.
La producción de carne representa una de las actividades con mayor demanda de agua en el mundo. Conocer el impacto hídrico por el alto consumo de litros de agua para producir carne, nos permite tomar decisiones más informadas sobre nuestro consumo y buscar alternativas más sostenibles. Adoptar prácticas de consumo responsable, puede ayudar a preservar los recursos hídricos y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo.
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