Inculcar desde una temprana edad el cómo podemos cuidar el agua es crucial para asegurar que las futuras generaciones comprendan su valor vital, no solo para la vida humana sino para el planeta en su conjunto. Educar a los miembros más jóvenes de la familia sobre este recurso no es una tarea sencilla, pero es fundamental para garantizar una mejor calidad de vida.
Datos y realidades sobre el agua
La escasez y gestión inadecuada del agua es una problemática global que afecta a miles de millones. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2022, más de 2200 millones de personas no contaban con acceso a servicios de agua gestionados de forma segura, lo que implica desafíos en ubicación, recolección y tratamiento del agua. En América Latina, datos del Banco Mundial indican que 150 millones de personas viven en zonas donde el agua es escasa y más de 400 millones carecen de servicios de saneamiento seguros. Estas cifras están en aumento debido a los cambios climáticos que alteran el ciclo del agua, subrayando la urgencia de tomar medidas urgentes para afrontar esta crisis hídrica y aprender a cómo cuidar el agua desde nuestros hogares.
Ahora, ¿qué medidas podemos adoptar en familia, y sobre todo con nuestros niños y niñas, para que conozcan cómo podemos cuidar el agua? A continuación, te dejamos ideas que se pueden llevar a cabo en casa:
Establecer rutinas de ahorro de agua.
Tiempo limitado en la ducha. Utiliza un cronómetro o coloca un reloj para las duchas, para enseñar a los niños la importancia de no tardar tanto y así evitar el desperdicio de agua.
Cerrar la llave. Inculcar el hábito de cerrar la llave mientras se cepillan los dientes o lavan los platos.
Utilizar cubetas para actividades específicas. En lugar de utilizar una manguera, los niños pueden optar por llenar baldes con el agua necesaria para utilizar solo la cantidad exacta, y en caso de que quede alguna cantidad, reutilizarla en otro momento.
Juegos y contenido educativos sobre el agua.
El ciclo del agua. Realiza experimentos sencillos para enseñar cómo funciona el ciclo del agua, resaltando la importancia de cada etapa para la conservación del agua.
Detectives del agua. Motivar a los niños a buscar y reportar fugas en la casa, enseñando cómo pequeñas acciones pueden evitar el desperdicio de agua.
Organizar una noche de documentales sobre esta temática. Acorde a su edad, puedes buscar contenido audiovisual, como reportajes o docu-series, para conocer el impacto de la falta de este recurso en la vida de las personas, y que al final, hablen sobre lo que aprendieron sobre cómo podemos cuidar el agua.
Armar un libro sensorial. Los libros sensoriales ayudan al aprendizaje de los niños, por medio de sus sentidos como el tacto o la vista. Puedes armar un libro de este tipo, con todo lo que tienen que saber sobre cómo podemos cuidar el agua y datos científicos.
Proyectos de conservación de agua en casa.
Jardinería sostenible. Involucra a los niños en la creación de un jardín que requiera poca agua, en el cual puedan conocer más sobre la biodiversidad, las plantas nativas y los sistemas de riego eficientes. Pueden dedicar algunos momentos, después del riego de estas plantas, a observarlas y ver el cambio saludable que tienen cuando están hidratadas.
Recoger agua de lluvia. Instala sistemas simples para recoger agua de lluvia, utilizándola para regar el jardín o limpiar exteriores; los niños, con supervisión, se pueden involucrar en ver su instalación, y demostrando cómo este método puede ayudar a reducir el consumo de agua potable.
Beneficios de aplicar estas prácticas en los niños y niñas.
Conciencia ambiental temprana. Educar a los niños desde pequeños, en cómo podemos cuidar el agua fomenta una conciencia ambiental y un sentido de responsabilidad hacia el planeta.
Responsabilidad y empatía. Al conocer sobre la escasez de agua y sus efectos, los niños desarrollan una mayor empatía hacia aquellos que no tienen acceso a agua potable, lo que fomenta un sentido de responsabilidad hacia el bienestar de su comunidad, animales y de todo el planeta.
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Agentes de cambio. Los niños pueden convertirse en agentes de cambio al transmitir sus conocimientos a sus familias, comunidades y amigos, promoviendo prácticas más sostenibles sobre cómo podemos cuidar el agua.
Prevención de enfermedades. Al comprender la importancia de usar agua limpia para lavar los alimentos y practicar una buena higiene, los niños contribuyen a la prevención de enfermedades transmitidas por el agua, como las infecciones cutáneas, el tétanos o la diarrea infecciosa.
Acciones para realizar fuera de casa.
Todo lo aprendido sobre cómo podemos cuidar el agua, se puede llevar de la casa hacia otros entornos con pequeñas acciones preparadas:
- Como el que los pequeños vayan acostumbrándose a llevar un termo o bote con agua, y así no comprar agua embotellada.
- En medida de lo posible, pueden programar excursiones al bosque o a lugares fuera de la ciudad, para estar en contacto con la naturaleza y apreciar estos paisajes que se forman con ayuda del agua.
Saber cómo podemos cuidar el agua es asegurar nuestro futuro.
La educación sobre la conservación del agua comienza en casa y tiene el potencial de influir significativamente en las prácticas futuras de nuestros hijos. Al enseñar y aplicar estas prácticas, no solo estamos reduciendo nuestro consumo diario, sino que también estamos sembrando las semillas de responsabilidad ambiental que florecerán en generaciones futuras, y también garantizamos un futuro más sostenible para todos.
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