¿Alguna vez has pensado cuánta agua se utiliza en todas las actividades que realizamos a diario? A esto se le conoce como huella hídrica.
El agua se utiliza para fabricar casi todo lo que nos rodea, sobre todo en la comida, ¿sabías que se requiere no sólo para producirla si no para empacarla y transportarla? De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Cultura, en una taza de café hay cerca de 140 litros de agua, superando por mucho al contenido del mismo recipiente.
A esta agua que se usa de manera indirecta se le conoce como ‘agua virtual’ o ‘consumo indirecto’. A raíz de estos conceptos surge lo que llamamos la huella hídrica que es un indicador que nos permite saber cuál es la cantidad de agua que una persona, comunidad o un país ocupa en su día a día.
El ahorro del agua no sólo depende cerrar una llave…
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, durante el periodo 1996-2005, México ocupó el segundo lugar en el mundo y el primero en América como importador neto de agua virtual, tanto por comercio agrícola, como pecuario e industrial. Los principales productos que constituyen la Huella Hídrica azul no sostenible de consumo en México son: trigo, caña de azúcar, cultivos forrajeros y maíz.
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Pero el consumo de agua virtual no está sólo en la alimentación, podemos encontrarlos en otras industrias como la moda. Para poder producir una camiseta sencilla de algodón, se requieren cera de 2,000 litros de agua. Afortunadamente, existe ya una conciencia sobre esta problemática y ya existen empresas que han reducido el consumo indirecto de agua como Mango, que ha reducido cerca de 10 litros por cada prenda maquilada.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Agua, en nuestro país, el 96% de agua consumida es agua virtual. Es una cifra muy alarmante, que nos ayuda a comprender con qué fines se consumen y contaminan nuestros limitados recursos de agua en el planeta. El impacto que tiene depende de dónde se toma el agua y cuándo, además de que ayuda a saber cuándo se está contaminando. Si proviene de un lugar donde el agua ya es escasa, las consecuencias pueden ser significativas y requieren acción. Simplemente, se trata de hacer conciencia y ayudar a disminuir esta cifra. ¿Cómo podemos hacerlo? Debemos hacer un cálculo de la huella hídrica y de esa manera ver en qué actividades cotidianas podemos reducir el consumo indirecto de agua.
Existen 3 tipos de huella hídrica:
- La huella hídrica verde es el agua de la precipitación que se almacena en la zona de las raíces del suelo y que las plantas evaporan, transpiran o incorporan. Es particularmente relevante para los productos agrícolas, hortícolas y forestales.
- La huella hídrica azul es el agua que proviene de recursos hídricos superficiales o subterráneos y que se evapora, se incorpora a un producto o se extrae de un cuerpo de agua y se devuelve a otro, o se devuelve en un momento diferente. La agricultura de regadío, la industria y el uso doméstico del agua pueden tener una huella hídrica azul.
- La huella hídrica gris es la cantidad de agua dulce requerida para asimilar los contaminantes para cumplir con los estándares específicos de calidad del agua. La huella hídrica gris considera la contaminación de fuente puntual descargada a un recurso de agua dulce directamente a través de una tubería o indirectamente a través de la escorrentía o lixiviación del suelo, superficies impermeables u otras fuentes difusas.
¿Por qué calcular nuestra huella hídrica?
Comprender nuestro consumo de agua puede ayudarnos a brindar una solución a uno de nuestros problemas más graves: asegurarnos de que haya suficiente agua para sustentar a todos los seres vivos en nuestro planeta.
Hacer solo unos pocos cambios puede reducir significativamente nuestro impacto.
Por ejemplo, la huella hídrica de 200 gramos de carne de res equivale a 47 duchas de ocho minutos y consume cuatro veces más agua que la misma cantidad de carne de pollo. Si una pareja comiera pollo en lugar de ternera, reduciría su huella hídrica hasta en 450 000 litros al año. Las verduras tienen una huella hídrica aún más pequeña. No es necesario que te vuelvas vegetariano, o nunca comas carne de res, sin embargo, al variar tu dieta y elegir comer alimentos con una huella más pequeña con más frecuencia, y al elegir los productos que compras sabiamente, puedes hacer una gran diferencia.
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Hay algunos productos como es el caso del café, que pudiera ser reemplazado por otras bebidas como el té que solo requieren alrededor de 30 litros por taza. Es decir, es necesario buscar alternativas para poner nuestro granito de arena.
Revisar tus hábitos de consumo, también puede ayudar a disminuir tu huella hídrica. Comprar ropa de segunda mano o reparar tus prendas rotas antes de comprar nuevas, puede ser la gran diferencia.
También puedes exigir a las empresas a divulgar su huella hídrica y la sostenibilidad de sus productos, esto te dará más información y fomentará el uso responsable del agua. De igual manera, cuidar el agua que sí es visible en actividades como la limpieza o el aseo personal, suma a estas cifras de manera positiva.
Así que calcula tu huella hídrica y empieza a tomar acciones para reducirla. Encuentra más consejos e información en los demás artículos de Fan del Agua.
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