
En México, la temporada de sequía es un fenómeno recurrente que afecta diversas regiones del país, especialmente en los meses de noviembre a mayo, cuando las lluvias son escasas o inexistentes, afectando a más del 65% del territorio nacional.
Durante este periodo, el nivel de los ríos, lagos y embalses disminuye considerablemente, impactando tanto al consumo humano como a la agricultura, la industria y los ecosistemas.
En los últimos años, los efectos del cambio climático han intensificado la temporada de sequía, prolongándola y haciéndola más severa. Es fundamental conocer sus impactos y tomar medidas preventivas para minimizar sus consecuencias.
¿De qué se trata la temporada de sequía y qué tipos existen?
Según el Servicio Meteorológico Nacional, la temporada de sequía se refiere a un período prolongado de tiempo durante el cual se experimenta una escasez significativa de agua, generalmente debido a una disminución en las precipitaciones. Este fenómeno puede manifestarse de diferentes maneras, dependiendo de su impacto en el medio ambiente y la sociedad.
Sequía meteorológica. Ocurre cuando hay una reducción continua en las precipitaciones durante un período prolongado. Es el tipo más común y puede afectar grandes áreas geográficas.
Sequía agrícola. Se produce cuando la humedad disponible en el suelo no es suficiente para satisfacer las necesidades de los cultivos, lo que puede ocurrir independientemente de las precipitaciones si las condiciones del suelo son adversas.
Sequía hidrológica. Se caracteriza por la disminución de los niveles de agua en ríos, lagos, embalses y acuíferos, lo que puede tardar en manifestarse después de una sequía meteorológica.
Sequía socioeconómica. Ocurre cuando la demanda de agua supera la oferta disponible, afectando el abastecimiento y la calidad del agua para consumo humano y actividades económicas.
¿Qué causa la temporada de sequía en México?
En nuestro país, encontramos diferentes razones por las cuales se presenta la temporada de sequía. Entre las principales se encuentran:
- Fenómeno de El Niño. Según la FAO, se trata de un fenómeno climático natural, en el que las aguas de superficie del océano Pacífico central y oriental sufren un calentamiento anómalo, provocando un aumento en la temperatura y una disminución de las precipitaciones en muchas partes del país.
- Cambio climático. El aumento de la temperatura global, crea una mayor evaporación, lo que provoca una alteración en los patrones de lluvia, que pueden ser desde menos días de lluvia, lluvias ligeras o por el contrario, lluvias torrenciales.
- Deforestación. La World Wildlife Fund define a la deforestación como la conversión directa y/o inducida de la cobertura de bosque a otro tipo de cobertura en un periodo de tiempo determinado, y se realiza generalmente para dar lugar a actividades agrícolas, ganaderas, urbanísticas o mineras, lo cual reduce la capacidad del suelo para retener agua y afecta la formación de nubes y lluvias.
- Sobreexplotación de acuíferos. El exceso de extracción de agua subterránea reduce la disponibilidad del recurso en periodos secos.
Regiones más afectadas por la temporada de sequía
Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres, las regiones experimentan una mayor escasez de agua en México son:
- Noroeste (Baja California, Sonora y Chihuahua). Zonas con climas áridos que dependen de embalses y pozos subterráneos.
- Centro y Bajío (Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí). Se ven afectados por la sobreexplotación de acuíferos y la falta de lluvias.
- Valle de México (Ciudad de México y Estado de México). El alto consumo de agua y las fugas en la infraestructura agravan la escasez hídrica.
Impactos de la temporada de sequía
La temporada de sequía tiene consecuencias importantes en diversos sectores:
- Consumo humano. Disminución de la disponibilidad de agua potable y restricciones en el suministro.
- Agricultura. Pérdidas de cultivos debido a la falta de riego, afectando la producción de alimentos.
- Ganadería. Menos agua para los animales, lo que puede reducir la producción de leche y carne.
- Energía. Reducción en la generación de energía hidroeléctrica, aumentando el costo de la electricidad.
- Medio ambiente. Disminución en el caudal de ríos y lagos, afectando la biodiversidad.
Medidas para enfrentar la temporada de sequía
Para minimizar los impactos de la temporada de sequía, es importante implementar estrategias de adaptación y ahorro de agua en diferentes sectores como la industria, el gobierno y por supuesto, en el hogar.
- Medidas comunitarias y personales
Almacenar agua de manera segura en recipientes limpios para emergencias. Durante una sequía, el suministro de agua potable puede ser intermitente o insuficiente. Es recomendable contar con recipientes herméticamente cerrados y de materiales adecuados para el almacenamiento de agua, como bidones de plástico de grado alimenticio o tanques de almacenamiento. Además, es importante mantener estos contenedores en un lugar fresco y limpio, lejos de fuentes de contaminación.
Informarse sobre restricciones de agua en su localidad y seguir las indicaciones de las autoridades. Los gobiernos locales y las autoridades de gestión del agua pueden implementar restricciones en el consumo durante las temporadas de sequía. Es vital mantenerse informado a través de comunicados oficiales, medios de comunicación o sitios web de las instituciones encargadas del abastecimiento de agua potable. Seguir estas recomendaciones ayudará a garantizar que el recurso hídrico sea distribuido equitativamente entre la población.
Reducir el consumo en actividades cotidianas, como el lavado de autos o riego de jardines. Implementar cambios en la rutina diaria puede contribuir significativamente a la conservación del agua. Por ejemplo, optar por lavar el auto con cubetas en lugar de mangueras, regar las plantas en horarios de menor evaporación (temprano en la mañana o por la noche), instalar dispositivos ahorradores de agua en los grifos y sanitarios, y reutilizar el agua en diversas tareas domésticas. Pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia en el consumo total de agua.
Fomentar la participación comunitaria en iniciativas de conservación del agua. La colaboración entre vecinos y comunidades puede fortalecer las acciones de conservación del agua. Participar en programas de reforestación, instalación de sistemas de captación de agua de lluvia y proyectos de saneamiento y tratamiento de aguas residuales puede ayudar a mitigar los efectos de la sequía. Asimismo, promover la educación ambiental en escuelas y centros comunitarios fomenta una cultura de uso responsable del recurso hídrico.
Planificar el uso del agua en el hogar y en actividades productivas. Anticiparse a la temporada de sequía implica identificar las principales fuentes de consumo de agua en el hogar o en actividades económicas y buscar formas de optimizarlas. Por ejemplo, los agricultores pueden implementar sistemas de riego tecnificado para mejorar la eficiencia en el uso del agua, mientras que en el hogar se pueden establecer horarios para realizar tareas que requieran mayor consumo hídrico, evitando el desperdicio.
Tener un plan de emergencia en caso de cortes prolongados en el suministro. Contar con una estrategia para enfrentar cortes de agua prolongados puede marcar la diferencia en la calidad de vida durante una sequía. Esto incluye tener acceso a fuentes alternativas de agua, como pozos o estaciones de abastecimiento, y asegurarse de contar con sistemas de filtración o purificación para garantizar la potabilidad del agua almacenada.

- Medidas gubernamentales
Programas de Medidas Preventivas y de Mitigación a la Sequía (PMPMS). Estos programas buscan preparar y mitigar los efectos de la sequía a través de la gestión de riesgos, difusión pública y administración de recursos. Se han desarrollado para cada Consejo de Cuenca y algunas ciudades del país.
Programa Nacional contra la Sequía (PRONACOSE). Este programa abarca la atención, seguimiento, mitigación y prevención de la sequía. Incluye acciones como la gestión eficiente del agua, restauración de ecosistemas y protección de áreas de recarga.
Incentivos económicos. Se ofrecen incentivos para fomentar el uso eficiente del agua, como beneficios para quienes reducen su consumo o utilizan aguas residuales tratadas.
- Sector ganadero
Manejo de pastizales. Uso eficiente de pastizales y reforestación para mejorar la retención de humedad en el suelo y garantizar el acceso a agua para el ganado.
Tecnologías de captación de agua. Implementación de sistemas de recolección de agua en ranchos para garantizar el abasto durante períodos secos prolongados.
- Sector agrícola
Implementar sistemas de riego eficiente. El riego por goteo es una de las mejores alternativas para maximizar el uso del agua, ya que suministra el líquido directamente a las raíces de los cultivos, reduciendo la evaporación y el desperdicio. Además, el riego automatizado y la programación según la humedad del suelo pueden mejorar la eficiencia en el uso del agua. También se recomienda la técnica de riego por aspersión y el uso de sensores para medir la humedad del suelo, lo que permite aplicar el agua solo cuando sea necesario.
Usar cultivos resistentes a la sequía. La selección de variedades de cultivos que requieran menos agua es fundamental en regiones con alta presión hídrica. Alternativas como el sorgo, la quinoa, el mijo y ciertas variedades mejoradas de maíz y frijol pueden soportar mejor los períodos de sequía. Además, la rotación de cultivos y el uso de cultivos de cobertura ayudan a conservar la humedad del suelo y mejorar su estructura, reduciendo la necesidad de riego.
Mejorar la captación y almacenamiento de agua. La recolección de agua de lluvia mediante técnicas como zanjas de infiltración, terrazas de captación y la construcción de reservorios puede garantizar un suministro de agua más estable en los campos de cultivo. Asimismo, los sistemas de almacenamiento como tanques y embalses permiten aprovechar el agua recolectada durante la temporada de lluvias para su uso en períodos secos. También se recomienda la aplicación de mantillos orgánicos en el suelo para evitar la evaporación excesiva y mantener la humedad por más tiempo.

- Sector industrial
Reutilización y tratamiento de aguas residuales. Implementar plantas de tratamiento para reciclar el agua utilizada en los procesos industriales permite reducir la demanda de agua potable y disminuir la contaminación de cuerpos de agua. Muchas industrias han adoptado sistemas de filtración y purificación que permiten reutilizar el agua en distintos procesos sin comprometer la calidad del producto final.
Optimizar la eficiencia de los procesos industriales. Existen diversas tecnologías que ayudan a reducir el consumo de agua en la industria, como sistemas de enfriamiento de circuito cerrado, el uso de vapor en lugar de agua en ciertos procesos, y la automatización para minimizar desperdicios. La implementación de auditorías hídricas en las empresas también permite detectar áreas de mejora en el consumo del recurso.
Uso de materias primas con menor huella hídrica. Las industrias pueden optar por insumos que requieran menos agua en su producción, reduciendo así su impacto ambiental. Esto incluye la selección de materiales reciclados o la adopción de tecnologías más limpias en la fabricación de bienes y productos.
La temporada de sequía en México es un desafío que requiere acción inmediata por parte de la sociedad, el gobierno y la industria. Adoptar medidas de ahorro, optimizar el uso del agua y mejorar la infraestructura hídrica son claves para enfrentar este fenómeno de manera efectiva.
Con preparación y conciencia, es posible reducir los efectos negativos de la sequía y garantizar que el agua continúe estando disponible para las generaciones futuras. Ahora es el momento de actuar y comprometerse con el uso sostenible de este recurso vital.
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