Escasez del agua: Problema de la sequía en México

Texto editado en febrero 2024

Desde el 2021 México ha vivido años con las sequías más fuertes desde el 2011. El mismo año, se vivieron meses en los que no se podía plantar nada debido a las condiciones de la tierra y el clima, y esto afectó a muchos mexicanos que dependen de sus cosechas para sobrevivir.

Desde entonces el periódico El País, y otros medios de comunicación, han sacado cifras reportadas desde la CONAGUA en donde se explica que el “84% del territorio nacional sufre sequía” y que “de las 210 presas más importantes de México, más de la mitad están por debajo del 50% de su capacidad”.

Ahora, en 2024, el mismo periódico reporta que el sistema de suministro de agua presenta serias deficiencias, con una gestión históricamente deficiente y daños en las infraestructuras debido a terremotos, el envejecimiento de los equipos y la falta de mantenimiento. Como resultado, aproximadamente el 40% del líquido se pierde por fugas.

Durante la primeras semanas de julio, la temperatura llegó a subir hasta a 40 grados Celsius, afectando a varias partes del norte del país, donde se encuentran regiones agrícolas importantes.

“Sobrevivir a la temporada de calor y seca depende de la cantidad de agua que consiga acumular los meses que llueve. Durante 2020, las precipitaciones no consiguieron abastecer del todo al conjunto de presas del sistema y ahora”, así lo dice el mismo reportaje titulado, “La sequía que abrasa México, una tragedia predecible y devastadora”.

Además de la sequía, debido a la pandemia de COVID-19, las reservas de agua no se encontraban en la mejor condición, y dependían de las lluvias de julio a septiembre para volverse a estabilizar.

El cambio climático es responsable por algunos de estos cambios drásticos en las temperaturas y de fenómenos desencadenados. La Organización Meteorológica Mundial declaró en el 2020 que América Latina fue víctima de sequías, olas de calor, fuertes lluvias, huracanes e incendios, todo esto, está relacionado al cambio climático.

¿Cuáles son las consecuencias de la escasez de agua?

• Crisis económica: El agua tiene un papel fundamental no sólo en la producción de los alimentos, también se utiliza en la mayoría de la fabricación de autos, ropa, muebles, etc. Es utilizada en la construcción y en el transporte. Las sequías y escasez de agua tienen un impacto directo en la economía del país al afectar a todas las industrias.

• Enfermedades. La escasez de agua y la falta de sistemas de agua potable adecuados obliga a recurrir a fuentes de agua contaminadas que pueden provocar enfermedades. En base a los datos de la Organización Mundial de la Salud, se puede afirmar que el agua contaminada puede transmitir enfermedades como la diarrea, el cólera o la poliomielitis. La contaminación del agua produce más de 502.000 muertes por diarrea al año. Además, la falta de agua, puede producir deshidratación y generar ulteriores complicaciones.
  
  

• Hambre. La escasez de agua puede afectar a la agricultura, la ganadería y la industria y, por lo tanto, producir escasez de alimentos y hambre.

• Desaparición de especies vegetales. Las plantas necesitan una gran cantidad de agua para desarrollarse y cuando el agua escasea se secan y desaparecen.

• Desaparición de especies animales. Todas las especies en el mundo dependen del agua para sobrevivir, por lo que en la temporada de sequía en México, millones de especies se ven afectadas e incluso mueren.

• Conflictos. La escasez de recursos está en el origen de numerosos conflictos sociales en el mundo y supone el desplazamiento de las personas a otros países para encontrar lugares seguros en los que vivir.

¿Qué podemos hacer para disminuir el problema de la sequía en México?

El problema de la escasez de agua es complejo y no tiene una sola solución, sin embargo, podemos tomar acciones para reducir, prevenir y mitigar los efectos del problema.

• Captar agua de lluvia: Durante la época de lluvia, millones de litros de agua limpia van a parar directamente al drenaje. Al no ser captada por zonas de infiltración y no tener desembocaduras adecuadas a otros cuerpos de agua, la lluvia también provoca inundaciones y desbordamiento de ríos.
  
  

Esto representa miles de problemas y es la eterna paradoja entre la sequía extrema y las inundaciones. Si bien el agua de lluvia debería de ser captada por las grandes industrias, en los hogares se puede instalar un sistema de recolección pluvial para utilizar el agua recolectada en labores de limpieza y riego, así como ser almacenada para la época de sequía.

• Aprovechar al máximo el recurso: Sabemos que el agua no debe de ser desperdiciada, sin embargo, aún no sea hace suficiente conciencia sobre cómo aprovecharla al máximo. En todos los hogares se debería de contar con cubetas en las regaderas y los lavabos, para reutilizar el agua que usamos al bañarnos o lavarnos las manos para descargar el escusado o para limpiar los patios. Contar con electrodomésticos ahorradores de agua. Y sobre todo, nunca dejar correr el agua para su desperdicio.

• Revisar los hábitos de consumo: Todo lo que compramos utiliza cantidades de agua en su fabricación y transporte, por lo que al reducir el consumo, también reducimos la huella hídrica utilizada.

• Tomar acciones en contra del calentamiento global: Evitar la tala ilegal, utilizar materiales reciclados, plantar árboles y proteger ecosistemas, son solo algunas de las acciones que podemos tomar para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.