Las cantidades de agua utilizadas en cualquier actividad están determinadas conjuntamente por el suministro de agua disponible para respaldar esa actividad y la demanda de agua que eso implica. Tanto la oferta como la demanda de agua están determinadas por variables que tienden a ser específicas de la ubicación. Sin embargo, una serie de factores globales influyen en los niveles de uso del agua independientemente de la ubicación. Sin duda, estos factores serán críticos para determinar los niveles futuros de uso del agua.
¿Cuáles son los factores que impactan en el ahorro de agua?
Aumento de la población y distribución
El agua es necesaria para satisfacer las necesidades domésticas básicas de las personas. Las cantidades de agua utilizadas para estos fines también están relacionadas en cierta medida con el número y la distribución espacial de las personas en la región, pero estas cantidades también se ven afectadas por muchos otros factores. Por ejemplo, las personas que residen en áreas urbanas tienden a tener diferentes patrones de uso del agua y a usar distintas cantidades, si se las compara con las personas que viven en áreas rurales o agrícolas.
Tecnología
La tecnología y los cambios en la tecnología pueden afectar la disponibilidad o el suministro de agua, la demanda de agua y los niveles de uso del agua. La industrialización, por ejemplo, generalmente aumenta la demanda de agua, al menos inicialmente. Sin embargo, existen soluciones que promueven el ahorro del agua como sistemas de riego por goteo, regaderas ahorradoras, automatización en grifos.
Otras ideas para el ahorro del agua es incorporar tecnologías verdes. En casa puedes comenzar a recolectar agua de lluvia de manera de aprovechar al máximo ese recurso. Una vez recolectada la puedes tratar e inyectar de nuevo en el suministro doméstico para ser utilizada en diferentes funciones como limpieza de pisos, riego, para cargar el WC, lavar el auto entre otras funciones.
Condiciones ambientales
Los cambios en las condiciones ambientales también pueden influir significativamente en la oferta y la demanda de agua. Es probable que el aumento de la precipitación o la disminución de la evapotranspiración aumenten los suministros de agua y reduzcan el agua demandada por la agricultura de regadío.
Por otro lado, los aumentos en la temperatura pueden llegar a disminuir los suministros disponibles y aumentar la demanda de agua en muchos sectores que utilizan agua. El deterioro de la calidad del agua, debido al aumento de los niveles de contaminación, reduce el suministro disponible ocasionando hasta la sequía. Por ello, el ahorro de agua es muy importante. Incluir métodos eficientes permiten ahorrar cantidades significativas, preservando al máximo ese recurso.
Cambio climático global
Los patrones climáticos globales hacen que sea muy difícil predecir cómo podrían cambiar las variables críticas como la temperatura y la precipitación. Por eso, racionalizar el agua es fundamental para evitar desabasto y contar con agua cuando sea necesario. ¿Cómo lograrlo? Algunos tips: supervisar las instalaciones, evitar goteos o fugas innecesarias y reutilizar el agua.
Condiciones ecológicas
Pueden afectar la calidad y cantidad del agua, y viceversa. Dado que los orígenes y los mecanismos de estas interacciones no siempre se comprenden bien, estos cambios también son difíciles de predecir. Sin embargo, la certeza de que se producirá un cambio ambiental sugiere la necesidad de sistemas flexibles de gestión y asignación de agua para las poblaciones.
Usos instantáneos y de retirada de agua
Al caracterizar los patrones de uso del agua, una distinción fundamental es la que se da entre los usos del agua en tiempo real y de extracción.
Cuando el agua se extrae de un cuerpo de agua superficial o de un acuífero, se puede usar de manera consuntiva o no. Los usos consuntivos ocurren cuando el agua se transforma de un estado o ubicación desde la cual se puede usar a una en la que no se puede usar. El agua utilizada de esa manera no está disponible para usos posteriores. Los ejemplos incluyen usos como el riego, en el que el agua transpirada se evapora y no se puede capturar inmediatamente para servir a nuevos usos, y los usos industriales en los que el agua se incorpora a una producción. En su mayor parte, los usos domésticos e industriales no son consumibles, sin embargo, en casi todos los casos la calidad del agua se degrada, por lo que se requiere algún tipo de tratamiento antes de que esté disponible para su uso posterior.
0 comentarios