Como cada año, el 22 de marzo se celebra el día mundial del agua, en esta ocasión se está poniendo especial atención a el estrecho vínculo entre el cambio climático y la escasez de agua.
El escenario no se torna nada sencillo según los datos de Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), acerca del incremento de la temperatura mundial de 3 grados centígrados durante los siguientes 5 años.
El mundo necesita un cambio de hábitos para conservar y ordenar los suministros de agua potable en vista de la creciente demanda del crecimiento demográfico, la agricultura de regadío, las industrias y las ciudades. Para esto se requerirá que se den respuestas coordinadas a los problemas en los niveles local, nacional e internacional.
Para evitar que a la larga se produzca una catástrofe, también es importante actuar ahora mismo y desacelerar el crecimiento de la población a fin de contener el aumento de la demanda de agua potable. Con el crecimiento constante de la población global, crece la demanda por el agua, que agota los recursos naturales y daña el medio ambiente en muchos lugares. Las soluciones incluyen la protección de océanos y humedales, la adopción de técnicas agrícolas climáticamente inteligentes y el aumento de la reutilización segura de las aguas residuales.
El agua es nuestro recurso más preciado y hay que aprender a usarlo más responsablemente, siempre balanceando que la necesidad de la sociedad esté cubierta y la gente con menos posibilidades no sea dejada de lado.
La campaña de este Día mundial del agua 2020, declara que, no se puede esperar, y que los responsables de la política climática deben priorizar el agua en cada plan de acción.
El agua puede ayudar a contrarrestar el cambio climático pues existen soluciones de agua y saneamiento sostenibles, asequibles y escalables.
También menciona el papel de la sociedad en esta búsqueda por proteger este recurso, dando pasos sencillos pero constantes para abordar este cambio climático.
El Día Mundial del Agua es un día en el que la gente puede centrarse en las muchas formas en que como individuos pueden participar para ayudar a la población que vive en riesgo a recuperar el acceso a agua de buena calidad y mejorar su salud a largo plazo.
Cada uno tiene en sus manos hacer un uso responsable del agua, hay que enfocarse en que los cambios globales comienzan con pequeñas acciones, como recoger el agua de la ducha que se malgasta esperando a que salga caliente, por ejemplo, para regar las plantas, y reduciendo el consumo haciendo un uso responsable del grifo.
Con la ayuda de todos, es posible que las personas afectadas por la escasez y los más vulnerables, como los niños y niñas, puedan mejorar de forma urgente su situación. La colaboración es clave en este contexto. Dicho de un modo más sencillo, cuantas más personas tengan plena conciencia de ello, mayor será el impacto de las acciones de conservación.
Fuente: www.unwater.org
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