El planeta Tierra, lo creas o no, es muy similar a nosotros los seres humanos. Estos cuerpos de agua conocidos como humedales, a pesar de ser muy pequeños, son esenciales para la vida. Pensemos en que son las venas y arterias del paisaje. Son tan ricos en biodiversidad como tan vitales para todo ser vivo.
Pero no en cualquier lugar los podemos encontrar. Te preguntarás cuáles son las condiciones para que estos cuerpos de agua se puedan dar. Pues bien, estos humedales prevalecen en áreas que tienen facilidad de inundación, o suelos muy saturados de agua por periodos muy largos. Si bien, hay una amplia variedad de ecosistemas que existen por dichas condiciones, todos los humedales comparten una propiedad básica: El agua, pues ella es la que define sus características físicas de flora y fauna.
Entonces, ¿cuál es la función de éstos humedales? Actúan como fuentes de agua y purificadores, sin mencionar que son los depósitos de carbón natural más grandes del planeta. Lo diremos de la siguiente forma: si el mundo no tiene humedales, el mundo no tiene agua.
El agua de los humedales puede provenir de los ríos, lluvias o mares. No son tan grandes para poder ser un lago, ni tan pequeños como cuerpo de agua que pueda evaporarse en un parpadeo de ojos. Los humedales no son necesariamente la transición de un ecosistema terrestre y acuático, sino que tienen características y funciones propias.
En la Tierra, se puede decir que estos humedales cubren más de 10 millones de km2, sin embargo, debido a la explotación de ríos, lagos, mares y mantos acuíferos, su existencia ha disminuido un 35% desde los años 70. Es evidente, que esta degradación ha tenido un impacto negativo en todo ser vivo. Una de las razones principales de su desaparición, es claro, el crecimiento poblacional no planeado. Pues este crecimiento conlleva un aumento de urbanización, deforestación, y explotación del suelo. Así como alteraciones mismas del agua, como la extracción desmedida, la contaminación, y la introducción de especies invasoras por cambio climático.
Además de ello, el calentamiento global y los cambios en el clima, han afectado también a los humedales, ya que han hecho que se evaporen con mayor frecuencia o se desertifiquen las zonas aledañas.
Como podemos observar, es una serie de eventos desafortunados en cadena, que de seguir así, como especie humana seremos los responsables que los humedales, y la gran biodiversidad y funciones que tienen, dejen de existir.
Qué contradictorios y egoístas se ha vuelto la raza humana, pues construimos casas, rellenamos calles, hacemos drenajes, usamos automóviles, luz eléctrica, vacacionamos en paraísos naturales, por comodidad y bienestar. Qué sucedería si te dijera que estos humedales son esenciales para nuestro bienestar como especie humana. Qué irónico es construir presas, drenajes, y extracciones de agua, para poder tenerla, cuando en realidad, la estamos quitando. Qué irónico es hacer drenajes para inundaciones cuando los humedales mismos son nuestros amortiguadores. Diremos que son esponjas gigantes que absorben el agua de lluvia y las crecientes de ríos, evitando tener demasiada agua por debajo de nosotros.
El cambio climático no es tema actual, sin embargo, aún falta interés y cuidado de parte de la población. Como se dijo anteriormente, los humedales son reservas de carbón natural, y por ende, su destrucción implica la liberación de gases de efecto invernadero. En cambio, su conservación se traduce a retenerlos.
Nuestros humedales, son meramente retenedores de agua disponible para nuestro consumo, así como para la producción y sostenimiento de la vida silvestre, pues no somos la única especie que precisa de agua para existir.
Es necesario el conocimiento de ellos, pues, no solo son un cuerpo de agua, son lugares vivos que nos ayudan a la provisión de alimentos, pues son productores de mucha variedad de flora, fauna y minerales. Desde el pescado, hasta la madera de construcción, leña, aceite vegetal, sales, y materia prima para textiles.
La pregunta es ¿por qué no sabemos conservarlos, si nos dan tanto para nuestro bienestar?
Recordemos que el pasado 2 de Febrero fue el Día Mundial de los Humedales, y a manera de conmemoración, valdría la pena conocer un poco más de ellos, ya que en México, desde los Pantanos en Tabasco, Cuatro Ciénegas, en Coahuila, Ría Lagartos en Yucatán, las Marismas en Nayarit, y Xochimilco en la Ciudad de México, estos lugares de humedales han sido testigos de cómo nuestras antiguas civilizaciones procuraron y sobrevivieron gracias a ellos durante las innumerables catástrofes naturales.
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