Izatapalapa es una de las alcaldías más afectadas por el desabasto de agua en la Ciudad de México, y durante la pandemia del coronavirus, se han tenido que enfrentar a un mayor riesgo de contagiarse debido a que no pueden cumplir de manera adecuada con las recomendaciones de higiene. La falta de agua potable, impide que las personas que viven en esta y otras zonas con mayor pobreza, se puedan lavar las manos, y ni hablar de desinfectar o lavar superficies más amplias, por lo que parece imposible prevenir la expansión del virus.
La desigualdad en el abastecimiento de agua es inminente
Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), un habitante en una zona residencial que representa apenas un 2% de la población, consume alrededor de 567 litros de agua al día, frente a los 128 litros de un residente de las zonas populares, que representan el 77% de la población. En gran parte de las zonas más marginadas de la Ciudad de México, el agua ni siquiera llega por medio de las tuberías de la red publica ya que simplemente, no las hay, por lo que tienen que recurrir a la compra de pipas de agua para rellenar tanques y cisternas.
Según lo escribe el periódico El País, en su artículo La difícil tarea de lavarse las manos en las zonas más humildes de México, la investigadora Helena Cotler, del Centro Geo, dice: “No es sostenible llevar el agua de un extremo de la cuenca a otro y llegar a tinacos de los que no sabemos las condiciones de salubridad”. Los tanques y tinacos donde los habitantes se ven forzados a almacenar el agua, no cuentan con os estándares de limpieza ni higiene que deberían. Sumado a esto, muchos de estos contenedores, tienen ya varios años y presentan grietas que dejan que el agua se filtre hacia el suelo y que los contaminantes entren también.
Aún faltan algunos meses para que comience la temporada regular de lluvias, que podría presentar una pequeña oportunidad para que las personas puedan recolectar un poco más de agua, por lo que mientras tanto, los habitantes de estas zonas no tienen más remedio que sentarse a esperar y rezar porque el coronavirus no llegue hasta sus casas.
En el artículo antes citado, se hablan de algunas cifras alarmantes sobre la distribución del agua en México, por ejemplo:
“Dos terceras partes del territorio mexicano se encuentran en zonas áridas o semiáridas con precipitaciones menores a los 500 mm anuales, frente a los 2000 mm del sur. En el norte se concentran cuatro quintas partes de la población, pero tan solo un tercio del agua renovable del país. Casi uno de cada seis acuíferos está sobre explotado, según datos de Conagua para 2017, los últimos disponibles. La cuenca del Valle de México, de la que bebe la capital y su área metropolitana, es la que tiene un mayor grado de presión. Se consume un 141% más de lo que se renueva. En cuanto al acceso al agua entubada, este se extiende al 97% de las viviendas en zonas urbanas, pero cae al 85% en el ámbito rural”.
Aún cuando es responsabilidad del gobierno de México asegurar el abastecimiento de agua para todas las poblaciones del país, también la sociedad necesita ser más consciente sobre el correcto uso que se le da al agua todos los días, y sobre todo, no desperdiciarla en esta época donde las autoridades piden que las medidas de higiene se hagan más rigurosas.
Una de las medidas que se pueden llevar a cabo, es enjabonarte las manos con la llave cerrada y abrirla solamente para enjuagarte. Durante el tiempo que se recomienda frotar las manos no debe de hacerse con el agua corriendo.
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