Hace más de 30 años, los científicos de todo el mundo advirtieron del agujero en la capa de ozono, provocado principalmente por el uso de clorofluorocarbonos (CFC), sustancia presente en aerosoles. En ese momento, más de 200 países firmaron el Protocolo de Montreal, comprometiéndose a reducir la emisión de estos gases.
Recientemente, publicaciones de Estados Unidos y Reino Unido demuestran que el agujero en la capa de ozono no sólo detuvo su crecimiento, sino que hay indicios que muestran una regeneración de esta barrera. Los estudios muestran que entre el año 2000 y el 2015, el diámetro de este hueco se redujo en más de cuatro millones de kilómetros cuadrados, que equivalen a la superficie total de la India.
Con este descubrimiento, los científicos han demostrado que las medidas tomadas en los años 80, con la disminución del uso de los CFC en la industria de refrigeración y propelentes, han marcado tendencia hacia el bienestar integral del planeta.
Fuente: La Jornada.
0 comentarios